En época de pandemia, el analfabetismo digital quedó en evidencia como uno de los graves problemas de América latina para un sistema burocrático que ya es obsoleto a nivel mundial.
Cuando cuento cómo es el sistema burocrático en Dinamarca pareciera que se describen cosas imposibles para Argentina. En los países escandinavos todo es digital, a los ciudadanos se les asigna un número con el que van a poder realizar todo tipo de trámites online, desde pagar con el celular en cualquier tienda sin la necesidad de usar tarjeta o efectivo hasta abrir una cuenta de banco. Desde una aplicación, por medio de ese mismo número al cual se le llama CPR, recibimos cualquier tipo de correo que nos envía el gobierno, el municipio en el que estás viviendo, tu empleador o tu médico. En Dinamarca, sin un número de CPR no podés hacer casi nada. Para obtenerlo y mantenerlo debés tener un permiso de residencia y un domicilio declarado.

PH: Melisa Rodríguez
En época de pandemia, el hecho de que todo sea en línea y digitalizado, facilitó la permanencia del “lockdown”: el trabajo desde casa, recibir los resultados de pruebas de covid en el celular y todo lo que implicó quedarse en casa.
¿Por qué este sistema pareciera imposible en Argentina?
Porque hay un alto porcentaje de analfabetismo digital. Aunque el gobierno invirtiera en recursos tecnológicos, la mayoría de los habitantes no sabría cómo usarlos. Esta falta de recursos quedó en evidencia con la cantidad de alumnos que quedaron afuera del sistema educativo con las clases a distancia. No se trata sólo de una inversión en tecnología, sino en una inversión para que cada ciudadano cuente con las condiciones básicas para una vivienda (luz, agua y gas). Recién ahí podríamos empezar a hablar de capacitaciones y cursos de alfabetización digital.
El hecho de que no se consuma el papel en una cantidad exagerada para la impresión de billetes, publicidad, propaganda, recibos o boletas de cualquier índole es un buen paso para el cuidado del medio ambiente también, pero en Argentina el gran problema principal es la pobreza, situación por la cual las personas carecen de recursos básicos como el agua potable y la electricidad.
¿Cuánta cantidad de gente no sabe usar los cajeros automáticos? Desde ese simple acto que solamente para algunos es simple ¿Cuántas veces los jóvenes tuvimos que acompañar a un mayor a sacar plata de un cajero?
Hay muchos otros interrogantes que hacer, además, sobre crear y mantener un sistema burocrático digital, por ejemplo, ¿cómo confiaríamos todos nuestros datos y archivos a un sistema que se ve siempre manchado por la corrupción?
No sé a cuántos años estará Argentina para lograr una completa alfabetización digital, pero sí es grave que aún con un sistema que está quedando obsoleto se continúe dejando afuera a gran parte de la población producto de la desigualdad social y la no redistribución de la riqueza.