Últimamente se han hecho muchas notas en diarios, revistas y programas de la televisión argentina sobre la juventud que se fue del país generalizando en “fulana/o gana €2000 lavando copas en Europa y prefiere quedarse antes que volver a su país”, por lo cual me han preguntado “Cuál es tu mirada?” y a partir de eso surge el título.
TITULARES TENDENCIOSOS
Para algunas/os argentinas/os que viven en Argentina fue “molesto” u “ofensivo” porque consideraban que se buscaba fomentar una “huida” del país poniéndose casi de moda en época de pandemia este tipo de encabezados “vivir en Europa y ganar €2000 lavando copas”. Para otras/os se instaló una curiosidad sobre si esto era real. Pero la pregunta es: ¿podemos aceptar que todas las experiencias son iguales o van a ser necesariamente así?
¿POR QUÉ SE “ABANDONA EL PAÍS”?
El motivo por el cual algunas y algunos elegimos irnos es tan diverso como la humanidad misma, puesto que cada persona fue y es atravesada por sus vivencias, las cuales la llevaron a tomar la decisión. Sabiendo la desigualdad social que se vive en Argentina no se puede afirmar que todas y todos nos fuimos “por necesidad”, ya que tanto aquel que tenía recursos económicos para pagarse un pasaje de avión como aquel que vino ahorrando desde hace muchos años peleando cada peso nos encontramos en Europa.
IRSE “POR NECESIDAD ECONÓMICA” / IRSE “POR AVENTURA” / IRSE “DE CASUALIDAD” / IRSE “PARA ESTUDIAR”
En mi caso, inicié mi viaje de casualidad y descubrí que tenía mucho por conocer y que Argentina, finalmente, no era mi lugar en el mundo y por eso no volví. Por otro lado, posterior a leer esas notas con titulares tendenciosos he recibido varias consultas, por medio de mis redes sociales, de gente que quería saber cómo obtener una visa, cómo vivir en el extranjero, cómo podían salir del país para darle una mejor vida a su familia “porque el país no da para más” (cosa que me entristecía mucho leer, porque para que una persona con hijos obtenga un visado en época de pandemia con tantas nuevas restricciones es difícil, aunque no imposible).
En una seudo conclusión, puedo decir que gracias a las redes sociales el conocimiento sobre las visas Working Holiday se hizo más amplio y cada vez somos más los que solicitamos ese tipo de visados. Puedo decir que conocí a muchas y muchos aventureras/os, viajeras, viajeros que aman generar contenido multimediático. En mi caso, me encanta presentar los lugares que conozco para personas que no los conocen. Y, por último, la comunidad latina que está estudiando en una universidad europea es muy grande.
¿NADIE QUIERE VOLVER? MI RESPUESTA: ARGENTINA NO ES SOLAMENTE BUENOS AIRES
No podemos considerar que la vida nos atravesó a todas y todos por igual, así como tampoco podemos ver a nuestro país como si sólo fuera Buenos Aires y nada más. Me autocritico cuando hablo de “Argentina” y en realidad estoy hablando de mi provincia, Buenos Aires, porque verdaderamente sólo conozco lo que fue mi barrio. Entonces, muchas veces me encontré diciendo “en Argentina roban mucho, no podés caminar tranquila”, pero resultaba ser que había otras y otros argentinos con sus historias de vida en Argentina con una visión muy diferente a la mía. He conocido gente de Córdoba, Jujuy, Salta, La Pampa, Chaco, Río Negro, etcétera. Por lo que puedo decir que algunas y algunos sí vuelven, personas que sólo querían vivir la aventura, ahorrar un poco y volver.
Que la juventud sólo ve futuro en otro país, no se puede afirmar como una verdad absoluta.
FACTORES QUE GENERAN ESE “NO QUERER VOLVER” DESDE MI PUNTO DE VISTA
- El ser mujer
Para nosotras no es sólo el miedo a que te roben. A nosotras se nos suma el miedo a que nos secuestren, nos violen, nos maten. El haber vivido en Japón, Dinamarca y ahora Alemania, países en los que podía caminar sin ese miedo, fue revelador. El simple hecho de vestirme como quisiera y que ningún hombre me diga nada. Caminar relajada sin agarrarme la pollera por miedo a que alguien la pueda levantar para tocarme. Creo que no hace falta desarrollar mucho para que se entienda. Sencillamente: caminar sin miedo, sin pensar en mi condición.
- Derechos adquiridos
En varios países europeos, las licencias por paternidad y maternidad son de 6 meses por igual, para cada madre y padre. Esa cuestión de “maternar” y “paternar” que tienen los países escandinavos, por ejemplo, y que en Argentina ni se dimensiona.
El derecho al aborto desde el año ´70 por el lado europeo o el matrimonio igualitario hace ver a nuestro país y a Latinoamérica muy atrasados en cuestiones de derechos (aunque también los hay retrógrados por estos lares, toda Europa no es tan “pro” y menos Asia).
- Consciencia ambiental
Es muy común reciclar la basura, aunque a veces en grandes edificios no se respete del todo o no se reutilice dicho material en su totalidad. Pero sí hay consciencia en el mantener las calles limpias.
Recuerdo cuánto me molestaba ver a la gente tirando cosas por la ventanilla mientras viajaba en el transporte público de la zona oeste de Buenos Aires (obviamente que no eran todos, yo no lo hacía, mi familia no lo hacía al menos). Otro ejemplo que puedo dar es la suciedad que veía en las playas de la costa Atlántica.
- Ahorrar
El usar tarjetas de crédito para pagar en cuotas es algo que quedó casi en el olvido, uno puede comprar en efectivo y dejarse un resto de sueldo para ahorrarlo.
Salir a comer no es muy barato dependiendo el restaurante, pero era algo que me resultaba sumamente barato en Japón, por ejemplo, que es una sociedad que vive para trabajar y no tiene tiempo para cocinar. En Europa es un poco más caro, pero incluso se puede comprar por un mínimo de euros comida que sobra o, en Dinamarca, podés tomar los productos que dejan los supermercados en sus tachos de basura porque es comida próxima a vencer y apta para comer aún. En época de pandemia, cuando muchos todavía no habían conseguido trabajo, sobrevivían haciendo “Dumpster diving” (lo que se conoce como “bucear en la basura”). Y, como un plus, en los supermercados podés canjear latas y botellas a cambio de dinero que podés utilizar para una compra.
Cabe aclarar que la capacidad de ahorro varía mucho entre un país y otro con respecto al valor de la moneda, la estabilidad económica del país, el pago de impuestos, alquiler y el tipo de trabajo que realices.
- Vivencias personales
Cada una/o carga con su historia personal y, sin dudas, ese es el factor determinante para decidir dónde quedarse y dónde continuar sus andanzas.
CONTRAS (PORQUE NO TODO ES TAN BONITO Y FÁCIL)
- El sentimiento de desarraigo
Cumpleaños N° 30 en Berlín
El sentirse fuera de sus raíces es uno de los primeros malestares al irte, pero creo que también el que te obliga a fortalecerte para sobrevivir. Yo siempre bromeo con el “vos no sabés de dónde vengo yo” en tono desafiante a modo de “a mí esto no me va a ganar”. Como sociedad latina, a mi parecer, estamos “acostumbrados” a la supervivencia y a pensar en un “plan B, C y D”. Muchos aquí somos resilientes.
Culturalmente hablando, notás el desarraigo cuando te ponen una chacarera, un tango. Uno/a se da cuenta de que se tiene que reacomodar cuando los demás no saludan con un beso y menos que menos en época de covid. Pero si una quiere “ganar” (y nunca hablo de cuestiones materiales) hay que “saber ceder” (porque en el intercambio cultural me enriquezco).
- Lograr integrarse cuando recién estás aprendiendo un nuevo idioma
En principio, si una/o no sabe hablar el idioma oficial del país que está visitando, siempre busca a sus compatriotas como acompañamiento para sobrepasar los primeros momentos. Sin embargo, no siempre aunque hables la lengua va a significar que puedas hacerte amigos, porque eso ya depende de la predisposición del otro y de ambos con respecto al intercambio cultural y el aceptar las diferencias. El concepto de amistad puede ser muy diferente entre culturas diversas. A veces una nota que los prejuicios son “raciales”.
- Trabajar de algo para lo que no estudiaste
Este punto sería como una de las primeras o posibles crisis de las y los que teníamos una profesión y un título en Argentina que en otros países no nos sirve de mucho si no sabemos manejar el idioma local. Por oposición, muchas y muchos que tienen facilidad para los idiomas han logrado trabajar en algo relacionado a su profesión o incluso de lo mismo. Así que ahí va mi consejo: estudien inglés, al menos.
Trabajé en fábrica y depósito en Japón (es de lo peor en condiciones laborales) por no saber japonés. En Dinamarca y Alemania empecé a adentrarme en el oficio de chef, donde pude mejorar ampliamente mi inglés (pero ahora en Alemania me veo exigida con aprender alemán, porque muchas/os no hablan inglés). Así que para volver a dar clases en una escuela voy a tener que seguir esperando o, mejor dicho, aprendiendo.
¿POR QUÉ CONSIDERO QUE SOMOS “LA GENERACIÓN DEL CARPE DIEM”?
“Carpe Diem” significa “aprovecha el día” en latín. Es un tópico que apareció en la poesía del poeta romano Horacio, quien en su “Oda XI” aconseja a Leucónoe que aproveche el momento sin pensar en lo que pueda pasar mañana.
Mi generación (y tal vez una generación anterior también) es la que no logró, en su mayoría, tener la casa propia y fundar el concepto de familia antiguamente conocido. A veces digo “no tenemos nada material que perder” con relación a que muchas y muchos nos fuimos, vendimos nuestras pocas pertenencias, abandonamos nuestros departamentos alquilados y aprovechamos para pasar el último tiempo con nuestros padres y madres antes de tomar el avión.
De repente, no sé si estamos pensando en una futura jubilación y ni siquiera en tener hijas/os. De repente nos encontramos viviendo el momento tratando de que este presente sea bueno.
Esto no quiere decir que no tengamos proyectos y sueños, sino que estamos atrapando las oportunidades que se nos presentan sin titubear demasiado. Ya después lo demás se acomodará.
Creo que este sentimiento se acrecentó aún más en época de pandemia, época en la que tuvimos que cambiar varios planes sobre la marcha.
Tal vez sí tengamos una visión de futuro en otro país y no en el nuestro. Tal vez la mayoría crea que nuestro país va a salir adelante económicamente pero cuando ya seamos viejitas/os. Pero no es una cuestión para generalizar tampoco.
Creo que todas y todos coincidimos en que si se te presenta una oportunidad la atrapes y la vivas. Finalmente, no importa el lugar si esa oportunidad es buena y te puede acercar un poquito a tus sueños y a tu bienestar.