Durante la primera quincena de julio se notificaron más de 2.000 casos en todo el país. Un estudio científico asocia los brotes con el aumento de las temperaturas mínimas.
En la Argentina, aún se sufre la peor epidemia de dengue, la infección transmitida por el mosquito Aedes aegypti. Se han registrado casos de personas con la enfermedad en 18 de las 24 jurisdicciones que conforman el país. Desde enero pasado hasta el último reporte, fueron 128.511 los casos confirmados, aunque podrían haber sido más de 300.000 ya que muchos ocurren sin síntomas. Además, se produjeron 65 muertes.
Si bien la epidemia ha estado retrocediendo después del pico ocurrido en la última semana de marzo pasado, aún en pleno invierno continúa el reporte de nuevas infecciones: durante la primera quincena de julio, se notificaron 2.080 casos.
Desde la reemergencia del virus del dengue en el país, los casos empiezan a crecer entre noviembre y mayo. Cada tres años, se han producido brotes. Pero en 2023 todavía hay personas que tienen dengue en julio. ¿Podría ocurrir frecuentemente en el futuro?
Cómo influye la suba de temperaturas
El dengue es una enfermedad viral transmitida por la picadura del mosquito Aedes aegypti. Cuando el mosquito se alimenta con sangre de una persona enferma y luego pica a otras personas les transmite esta enfermedad/Archivo
Los expertos de epidemiología del Ministerio de Salud de la Nación escribieron en el último boletín, publicado el sábado pasado, que la estacionalidad del dengue, comparada con temporadas anteriores, es similar hasta la cuarta semana de mayo. Sin embargo, aclararon: “con la particularidad que durante este año se advierte un retraso en el descenso del número de casos”.
el doctor Eduardo López, director de la carrera de infectología pediátrica de la Facultad de Medicina de la Universidad de Buenos Aires y del Hospital de Niños Ricardo Gutiérrez de la ciudad de Buenos Aires, comentó: ”Hoy el dengue no es endémico en el país, pero hay algunas regiones como el Noroeste que ya tienen los brotes a fin de la primavera. Que sea endémico en todo el país todo el año, como una nueva normalidad, dependerá de las tendencias climáticas”.
Si en invierno las temperaturas son más benignas, con más de 10 grados centígrados, las poblaciones de mosquitos podrían subsistir, según el doctor López. Para el futuro, el experto consideró que “hay que mirar con mucho cuidado la situación porque el dengue se está urbanizando. Esta epidemia de 2023 afectó más a personas que viven en ciudad de Buenos Aires, en el Conurbano, Córdoba, Santa Fe y Tucumán”.
La medida más importante de prevención es la eliminación de todos los recipientes que contienen agua tanto en el interior de las casas como en sus alrededores/Archivo
De acuerdo con el doctor Tomás Orduna, ex jefe del Servicio de Medicina Tropical y Medicina del Viajero en Hospital de Infecciosas F. J. Muñiz y miembro del Comité Científico de la Fundación Mundo Sano, “en la zona del Noreste y Noroeste del país puede haber todavía transmisión del dengue si se tiene en cuenta que el calor y otras condiciones meteorológicas duraron más tiempo. Pero también se debería considerar que puede haber cargas demoradas al sistema. Con todo, no considero que hoy podamos hablar de transmisión del virus durante todo el año”.
El brote se cortará hasta el “habitual” inicio de temporada a fines de noviembre. Aunque en 2016 se adelantó en octubre en el Noreste, sostuvo Orduna.
“En Salta se diagnosticaron casos de dengue hasta la semana pasada. La duración de los brotes epidémicos puede ser variable según la región del país. El cambio climático hace impredecible qué podría ocurrir con el dengue en el futuro. Por eso, se debería instalar como concepto que las acciones de prevención del dengue deben realizarse durante todo el año, y no solo en el verano”, dijo a Infobae Marcelo Quipildor, médico infectólogo del Hospital Materno Infantil de Salta y del Hospital San Vicente de Paul de Orán y miembro de la comisión de emergentes y enfermedades endémicas de la Sociedad Argentina de Infectología (SADI).
En tanto, consultada por Infobae, la doctora Susana Lloveras, ex presidenta de la Sociedad Latinoamericana de Medicina del Viajero y médica infectóloga del Hospital Muñiz de la ciudad de Buenos Aires, consideró “que hay un retraso en el descenso de número de casos con respecto a temporadas anteriores. Pero es difícil poder sacar conclusiones aún” en cuanto a la posibilidad de que el dengue pase a impactar en el país durante todo el año.
“En zonas donde aún hay casos de dengue, las medidas deben continuar para evitar las picaduras. También se debe reducir la cantidad de reservorios de larvas de mosquitos, adoptar medidas de control ambiental para reducir los mosquitos dentro del domicilio y hacer la consulta médica si la persona tiene fiebre”, remarcó Lloveras.
Los síntomas para tener en cuenta son fiebre acompañada de dolor detrás de los ojos, de cabeza, muscular y de articulaciones, náuseas y vómitos, cansancio intenso, aparición de manchas en la piel, y picazón y/o sangrado de nariz y encías.
Científicas de la Universidad Nacional de Litoral, el Conicet, la Universidad Nacional de Córdoba de la Argentina junto con un experto del Centro de Patógenos Emergentes, Zoonóticos y Transmitidos por Artrópodos de la Universidad Estatal de Virginia, en los Estados Unidos, hicieron un estudio en el que sugieren que la expansión del dengue en la Argentina estaría asociado al aumento de las temperaturas promedio, en el marco del cambio climático que enfrenta el planeta.
El estudio fue publicado en la revista Environmental Health Perspectives, y la primera autora, María Soledad López, del Centro de Estudios de Variabilidad y Cambio Climático (CEVARCAM) de la Facultad de Ingeniería y Ciencias Hídricas de la Universidad Nacional del Litoral, en Santa Fe, comentó a Infobae: “La incidencia de casos en Argentina depende de varios factores como el número de casos registrados en países limítrofes, como Brasil, donde el dengue es endémico, el número de argentinos que viajan a esos países y pueden volver con la infección, el número de criaderos del mosquito en los domicilios de las personas, las políticas de prevención de las provincias y municipios, las condiciones meteorológicas de una temporada en particular y climáticas considerando las últimas décadas, entre otros”.
“Sin embargo, -resaltó la científica- en los trabajos que venimos realizando puede evidenciarse una tendencia de una mayor frecuencia e incidencia de las epidemias a medida que transcurre el tiempo desde 1998 a 2023. Esto podría estar principalmente relacionado al aumento de la temperatura, principalmente a la temperatura mínima registrada en los últimos 60 años en el país”, expresó.
Los primeros registros de transmisión del dengue en el país se remontan a 1916, cuando se produjo un brote en el noreste del país. La transmisión fue reconfirmada unos 70 años más tarde, a finales de la década de 1990, cuando se produjo una epidemia en las provincias del Norte. En 2009, se detectó por primera vez transmisión autóctona del dengue en la región Centro y, desde entonces, la incidencia del dengue ha aumentado considerablemente en la mayoría de las provincias del país.
En base a los resultados, las investigadoras recomendaron que se debería intensificar la vigilancia activa tanto de las poblaciones de mosquitos como de los virus asociados, junto con la recopilación continua de datos meteorológicos. Eso “facilitará la evaluación y predicción de futuras epidemias que utilicen las tendencias de los cambios acelerados del clima”.