El Ayuntamiento ha dispuesto un periodo de aviso de un año, hasta el 31 de diciembre, durante el cual los infractores recibirán comunicaciones informativas sin sanción económica
2025 marcará un hito en la transición hacia una movilidad más sostenible en la capital española con la implantación completa, el próximo 1 de enero, de Madrid Zona de Bajas Emisiones (ZBE). Esta medida extenderá las restricciones de circulación a los vehículos clasificados como A, según la normativa ambiental, en todo el término municipal de Madrid. Los propietarios de estos vehículos, ya sean residentes empadronados o dados de alta en el Impuesto de Vehículos de Tracción Mecánica (IVTM), tendrán que adaptarse a esta nueva normativa que busca reducir los niveles de dióxido de nitrógeno (NO2) en la ciudad.
No obstante, el Ayuntamiento ha dispuesto un periodo de aviso de un año, hasta el 31 de diciembre de 2025, durante el cual los infractores recibirán comunicaciones informativas sin sanción económica. Este tiempo adicional tiene como objetivo concienciar y facilitar la transición hacia alternativas de transporte más limpias, especialmente para los ciudadanos que aún dependen de vehículos sin etiqueta ambiental.
- Autónomos mayores de 59 años: Podrán circular los vehículos A cuya flota supere el 50 % de modelos de más de 3,5 toneladas, siempre que los propietarios cumplan 59 años en 2025.
- Traslados médicos y hospitalarios: Los vehículos necesarios para acudir a tratamientos médicos estarán exentos, previa solicitud a través de un registro.
- Vehículos de bajas emisiones aún no entregados: Quienes hayan adquirido un vehículo más sostenible, pero no lo hayan recibido por problemas de fabricación, podrán seguir utilizando su vehículo A de forma temporal.
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha subrayado la importancia de estas excepciones, además de garantizar un procedimiento transparente y accesible para gestionar las solicitudes, que no se tramitarán de oficio.
Impacto ambiental
La implementación de la ZBE ha tenido un impacto significativo en la reducción de contaminantes, especialmente el dióxido de nitrógeno. Desde que las restricciones comenzaron a aplicarse gradualmente, en enero de 2022, se ha observado una disminución drástica en los niveles de este gas, que es uno de los principales responsables de la mala calidad del aire urbano.
El objetivo final es cumplir con los nuevos límites establecidos por la Unión Europea para 2030, que exigen una concentración máxima de NO2 de 20 μg/m³. La eliminación total de los vehículos A de las calles de Madrid para esa fecha se considera un paso crucial hacia esta meta.
Nuevas medidas
Aunque ya se ha logrado un avance significativo, el Ayuntamiento continúa trabajando en la actualización de la estrategia Madrid 360. Esta nueva versión incluirá medidas adicionales para consolidar las mejoras en la calidad del aire y garantizar el cumplimiento de los objetivos comunitarios.
El impacto ambiental positivo no solo se refleja en los índices de contaminación, sino también en la calidad de vida de los ciudadanos, quienes experimentan un aire más limpio y un entorno urbano más saludable. Sin embargo, este progreso depende de la efectiva implementación de las restricciones y el apoyo continuo a la movilidad sostenible.
