El informe bianual de la organización considera que la consolidación de las cuentas públicas debe basarse en la movilización de ingresos adicionales para el Estado y en la mejora de la eficiencia del gasto público
El informe bianual sobre la economía española publicado este miércoles por la OCDE reconoce que el crecimiento del PIB es “resiliente” en España pese al entorno de desaceleración, pero también emite una serie de recomendaciones mucho menos complacientes relativas a la fiscalidad, el gasto público y la situación de los jóvenes.
Entre las propuestas principales y más reiteradas destacan las que tienen que ver con los ingresos del Estado, los cuales advierte que son “bajos” en comparación con la media europea. Un problema que ya apuntó el libro blanco de los expertos para la reforma fiscal y que reconoce el pacto entre PSOE y Sumar para reeditar un Gobierno de coalición firmado este martes. Sin embargo, aunque los partidos del Ejecutivo y la OCDE tienen el mismo diagnóstico en este sentido, hay claras diferencias en las medidas que deben solucionarlo.
En primer lugar, la OCDE recomienda “poner fin a las medidas de apoyo que se pusieron en marcha para paliar el impacto de los elevados precios de la energía y los alimentos”. Esto es contrario a lo que PSOE y Sumar recogen en su acuerdo de Gobierno: ampliar a todo 2024 la reducción del precio de los abonos de transporte y diseñar “ayudas directas focalizadas” para las familias más vulnerables en los alimentos.
No obstante, las recomendaciones de la organización van más allá porque consideran que la consolidación fiscal de España debe basarse en la movilización de ingresos adicionales y en la mejora de la eficiencia del gasto público. En esta línea, critican que la base del IVA es “estrecha”, que los tipos marginales del IRPF suben “rápidamente” en niveles “modestos” de renta y que el sistema fiscal no está bien orientado para alcanzar los objetivos medioambientales.
La OCDE pide reducir más la deuda pública
A raíz de estas carencias proponen medidas, algunas de ellas con una impopularidad notable en España. En concreto, se recomienda ampliar gradualmente la base del impuesto sobre el valor añadido (IVA) y legislar impuestos especiales más elevados sobre el alcohol y el tabaco. Esta medida también la señalaron los expertos del libro blanco.
En cuanto a la fiscalidad verde, se pide eliminar progresivamente las exenciones a los combustibles fósiles y aumentar el tipo impositivo sobre las emisiones no incluidas en el régimen de comercio de derechos de emisión. También se cita la necesidad de aumentar los impuestos en los fertilizantes, aunque contemplan que se pueda compensar “parcial y temporalmente” a los colectivos más vulnerables afectados por estas medidas.
A la vez que estos aumentos de impuestos, la OCDE recomienda reducir impuestos al capital y “reducir la presión fiscal sobre el trabajo” para los hogares de renta baja con hijos. La mayor parte de las medidas del Gobierno hasta el momento difieren de estas recomendaciones principales e incluso tienen la intención de ir en sentido contrario, como gravar más al capital y a las grandes empresas.
Por otra parte, la OCDE pide que el Gobierno realice un plan de consolidación fiscal a medio plazo como pide la AIReF para reducir más la deuda pública y hacerlo de manera progresiva en el tiempo. Como reto para ello señala los gastos relacionados con las pensiones, la sanidad, las inversiones en transición energética y el aumento del gasto en defensa. “Para hacer frente a estas futuras presiones sobre el gasto, la consolidación fiscal debería basarse en la movilización de ingresos adicionales y en la mejora de la eficiencia del gasto sobre la base de revisiones del gasto”, señalan.