Los envíos de droga oculta en paquetes se volvieron una constante en el último año. Un negocio que le ofrece a narcos multiplicar hasta diez veces la inversión. Condenas duras en Asia y el drama de los prestanombres
En los últimos dos años, el negocio de contrabandear cocaína de alta pureza oculta en encomiendas cobró una fuerza inusitada y logró un lugar en el podio del negocio narco argentino, junto con los señores del tráfico callejero en las villas porteñas y Rosario y los exportadores que mueven cientos de kilos en containers hacia Europa, a través de puntos como el Puerto de Zárate.
Las cantidades que van por correo, desde ya, son mucho menores. Rara vez un envío supera el kilo. Sin embargo, la pureza de polvo que se ve en estos paquetes es la mayor del mercado. Ignacio Actis Caporale, alias “Ojito”, un rosarino con una espectacular historia de fugas, fue arrestado a fines del mes pasado por intentar mover un kilo de cocaína 91 por ciento pura a España, escondida en el doble fondo de una chopera de cerveza que iba a ser despachada por la empresa DHL. La Aduana detectó la droga gracias a sus scanners, lo que congeló el plan.
Pero no se trata solo de polvo premium. También se trata de enviar un producto ilegal al otro lado del mundo, donde puede multiplicar su precio unas diez veces o más. Hay puntos como Australia, donde un kilo puede valer 270 mil dólares, el kilo más caro del mundo. En todo 2022, según números oficiales, la Aduana argentina incautó otros 15 envíos, al menos 22,4 kilos, disimulados en envíos tipo courier o postales en formas muy creativas: tapas y contratapas de libros, en mangos plásticos de utensilios y doble fondos de marcos de cuadros, impregnada en ropa o hasta dentro de un calefón. En septiembre de 2021, Lin Lifeng, empresario nocturno de la comunidad china con una larga historia de causas en su contra ligada a prostitutas y pipas de metanfetamina en karaokes, fue arrestado por mandar polvo a Reservoir y Melbourne oculto en un radiador.
Hoy, un nuevo informe de Aduana al que accedió Infobae revela el resto del mapa de la cocaína. En todo 2022 y lo que va de 2023, la Aduana incautó 35 envíos destinados a África y Asia, con casi 36 kilos disimulados en paquetes de empresas courier y el Correo Argentino. Los traficantes argentinos ya se atreven a despachar droga a lugares como Hong Kong, Malasia, Arabia Saudita, Tailandia, Laos, Pakistán, Zambia, Siria, India, Turquía y China, donde los castigos por delitos narco son particularmente duros.
Los mecanismos suelen ser muy imaginativos también. En estos 35 envíos incautados, se repiten los libros de cuentos infantiles calados con droga y la cocaína impregnada en cuellos de chombas deportivas. Con este último truco se contaminaron cinco envíos realizados entre mayo y julio de 2022, con destinos a China, Hong Kong y Japón. Los dos envíos a China llegaban a casi cuatro kilos, una osadía en términos de vender droga.
El destino que más se repite en las estadísticas oficiales, junto con Australia, es Hong Kong, con diez envíos courier realizados el año pasado. Contrabandear cocaína a ese país es una pequeña constante en el delito argentino. Hay dos casos históricos al respecto: los de Jorge Reboreda y Juan Amarilla, que terminaron condenados a más de 17 años de cárcel cada uno por mover cantidades que apenas superaban los tres kilos, dos hechos que datan de comienzos de 2013. Sus historias tienen un cierre, en cierta forma. Dos semanas atrás, a fines de marzo, un argentino fue condenado por un tribunal porteño a cuatro años y nueve meses de cárcel por ser parte de ambas maniobras.
En octubre de 2022, Marcelo H., oriundo de Lima, Perú, recibió tres años de cárcel en suspenso en octubre del año pasado por despachar un kilo y medio a China y Hong Kong en 2020. Otra vez se usó el truco de los libros infantiles calados.Marcelo no parecía ser el dueño de la droga. Tenía todo el aspecto de ser un simple prestanombres. Terminó condenado en el Tribunal Oral en lo Penal Económico N°3, básicamente, porque puso su nombre y dirección de Ramos Mejía en ambos envíos.
El nombre del rosarino condenado por ser parte de las causas en Hong Kong que terminaron en 17 años de cárcel no le suena a las autoridades acostumbradas a perseguir grandes narcos. Entonces, ¿quién juega aquí? ¿Quién manda la cocaína al otro lado del mundo?
Las autoridades y las causas relevadas por Infobae revelan que se trata de una lógica completamente distinta al del resto del negocio narco. No se trata de grandes capos, sino de pequeños y medianos cuentapropistas. Todavía no hay un gran expediente sobre este tipo de maniobras. Son los prestanombres los que suelen terminar condenados. Los tribunales en lo penal económico porteños tienen una larga lista de fallos de hombres nigerianos que vivían en pensiones y que cayeron por envíos a Asia.
Dos envíos a Malasia y tres a Tailandia fueron incautados en abril del año pasado, casi siete kilos. A fines de noviembre pasado, una mujer de la Villa 1-11-14, víctima de violencia de género, madre soltera, que pedía comida en comedores, fue condenada a tres años de cárcel en suspenso por el Tribunal En Lo Penal Económico N°1 por una serie de paquetes con droga despachados a Malasia y Tailandia detectados en 2021.